
El enamorado descansa sobre
La carne lucida y perfecta de
La mujer, a 30 grados fahrenheit
Esta su perfume, le quema y le
Abraza como las llamas del hielo
Derrochando saliva entre el espacio
De los labios y canta.
Sublime, mojado y con la expresión
De la misma niebla traspasa
Los limites de la razón soltando
La respiración con todo lo que tiene,
El pecho le sonríe, le aprieta los sentidos,
Conjuga cada verbo como maravillosa
Acción y escucha el grito,
Pequeño y sostenido,
Agitado y repetido, le llega al tímpano
Del cerebro, a la palma de los ojos
Y estos se dilatan como luna llena.
Es hora de encender el azote de
Los cuerpos, descansando los tendones
Vuelve arriba, vuelve abajo, las palabras
Son superfluas e innecesarias, no hablan,
Mientras las perlas de su seno
Se incumben en algún espacio vacío y tierno.
El enamorado, suspira en el oído
De la mujer,
Las mismas direcciones
le han sido entregadas en las
Manos, como si fuesen leyes.
El baño, repleto de agitación,
Delira, La pequeña ventana
Declara el aliento helado del
Alba; y canta el gallo con furia
y pasión.
- Lucas
- Dejame regresar.
- Lucas, debo irme...
- Aguarda , aun es temprano.
- No deberiam..
- Lo se, solo guarda esto y
Y no lo olvides.
