A orillas del árbol rojo ,me senté y lloré.

Tu mirada esta apagada, no te veo,
Seria un delito dejar tu cuerpo aturdido en
Esa cama. Y no hacer nada.
Para cuando llegue el doctor estarás muerta,
Tan muerta como yo y no quiero
que te me vayas.No me quiero apartar,
aunque el sol se huelgue y los mares suspiren
Nombres antiguos que destruyeron
Mi memoria.

¡Auxilio! que te vas.
Que sean jeringas e inyecciones,
Anestesia y medicina. ¡Que maldita
Maquina que aspira tu vida!
Me arde el interior, se consume En lágrimas,
se funde en llamas y no puedo intervenir,
Su latido diminuto cesa con el transcurrir de las
horas, segundos, y tu que tranquila
Ni siquiera hablas . ¡Reacciona!
Y no hagas que también falle el fuero
De mis pasiones.

Desapareces, como el diente de león
Por las esquinas del viento, ¡No!
Ellos tienen que hacer algo para que
Vivas, para que tu alma venga del olvido,
Salga del interior abrupto de la muerte y
vuelva aquí, a tu cuerpo herido y maltratado
A tus venas que se han quedado sin una
Gota de sangre, a tu corazón que parece
Esponja seca, a tus labios agrietados, a tus
Ojos, preciosa.

Tu mirada esta apagada, no te veo,
No estaba preparado, ni en lo más ínfimo
Y tu eras como niño acabado de nacer.
Pero Seria un delito dejar tu cuerpo aturdido en
Esa cama. Descansa,
Descansa en paz...